La diversidad cultural parece -aun en nuestros días- seguir siendo un extenso terreno susceptible a la interpretación y la subjetividad, habría pues que definir y precisar los aspectos primordiales de la vida de una comunidad, antes de plantear los proyectos de política pública.
Entre las precisiones de los aspectos sociales a considerar están, desde las perspectivas de género, hasta las diversas interpretaciones de los usos y costumbres de los pueblos y comunidades indígenas, pasando por las formas alternativas de creación artística y expresión popular.Habrá también que considerar que existe un punto de coincidencia en todas las configuraciones sobre la Diversidad, y que éste converge en la necesidad de establecer estrategias incluyentes que atiendan y procesen todas las necesidades y contextos de los grupos sociales, para generar un mayor entendimiento entre gobierno, ciudadanos y comunidades.El marco referencial legal de la Diversidad Cultural tiene un importante respaldo en el derecho internacional, que en el contexto de los Pactos, Convenciones y Tratados Internacionales, a lo largo de las décadas, ha delimitado territorios y espacios para la cooperación y el intercambio intercultural entre naciones.El 18 de marzo de 2007 entró formalmente en vigor la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, ratificada actualmente por 52 países, con la adhesión inédita de la Unión Europea como organización, finalmente, y después de haber sido adoptada desde 2005 a través de la Conferencia General de la UNESCO, se abre el tiempo de la aplicación y del compromiso de facto.Entre los postulados de esta Convención está el respeto de los derechos y de las garantías fundamentales como son la libertad, la igualdad y la dignidad entre las culturas y el acceso equitativo a las expresiones y manifestaciones culturales del mundo.México, ha asumido también, formal y legalmente el reto y compromiso de responder a esta exigencia internacional, lo que implica una mayor responsabilidad en la atención, tanto políticas públicas, como en gestión y animación cultural.Detrás de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales existen al menos siete instrumentos internacionales que dan marco y sustento a este esfuerzo que hoy inicia y que representa un reto en el cual México, ante sus ciudadanos y ante el mundo, juega un papel fundamental debido a los acervos y riquezas contenidas en la diversidad que le es característica.
Entre las precisiones de los aspectos sociales a considerar están, desde las perspectivas de género, hasta las diversas interpretaciones de los usos y costumbres de los pueblos y comunidades indígenas, pasando por las formas alternativas de creación artística y expresión popular.Habrá también que considerar que existe un punto de coincidencia en todas las configuraciones sobre la Diversidad, y que éste converge en la necesidad de establecer estrategias incluyentes que atiendan y procesen todas las necesidades y contextos de los grupos sociales, para generar un mayor entendimiento entre gobierno, ciudadanos y comunidades.El marco referencial legal de la Diversidad Cultural tiene un importante respaldo en el derecho internacional, que en el contexto de los Pactos, Convenciones y Tratados Internacionales, a lo largo de las décadas, ha delimitado territorios y espacios para la cooperación y el intercambio intercultural entre naciones.El 18 de marzo de 2007 entró formalmente en vigor la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, ratificada actualmente por 52 países, con la adhesión inédita de la Unión Europea como organización, finalmente, y después de haber sido adoptada desde 2005 a través de la Conferencia General de la UNESCO, se abre el tiempo de la aplicación y del compromiso de facto.Entre los postulados de esta Convención está el respeto de los derechos y de las garantías fundamentales como son la libertad, la igualdad y la dignidad entre las culturas y el acceso equitativo a las expresiones y manifestaciones culturales del mundo.México, ha asumido también, formal y legalmente el reto y compromiso de responder a esta exigencia internacional, lo que implica una mayor responsabilidad en la atención, tanto políticas públicas, como en gestión y animación cultural.Detrás de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales existen al menos siete instrumentos internacionales que dan marco y sustento a este esfuerzo que hoy inicia y que representa un reto en el cual México, ante sus ciudadanos y ante el mundo, juega un papel fundamental debido a los acervos y riquezas contenidas en la diversidad que le es característica.
Publicado: Lourdes Marquina Calderòn
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